Los residuos son uno de los principales problemas ambientales que enfrenta la humanidad. Su generación y tratamiento suponen un consumo de recursos naturales, una emisión de gases de efecto invernadero y una contaminación del suelo, el agua y el aire. Además, muchos residuos no se gestionan adecuadamente y acaban en vertederos, incineradoras o en el medio ambiente, causando graves impactos sobre la salud y la biodiversidad.
Unos datos sobre los residuos que producimos
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española generó 106,2 millones de toneladas de residuos en 2020, de las cuales 3,3 millones fueron residuos peligrosos y 102,4 millones residuos no peligrosos1. La mayor parte de los residuos generados correspondieron a residuos minerales, residuos mezclados y residuos de animales y vegetales. Por sectores económicos, la construcción y la industria fueron los que más residuos produjeron.
De los residuos generados, solo se reciclaron 47,2 millones de toneladas, lo que supone un 44,3% del total1. El resto se destinó a otras operaciones de tratamiento, como el depósito en vertedero, la incineración o la preparación para la reutilización. Estas operaciones implican una pérdida de materiales valiosos que podrían haberse aprovechado para fabricar nuevos productos o generar energía.
Hay que reducir la cantidad de residuos que producimos
Por eso, es fundamental reducir la cantidad de residuos que generamos y fomentar su reutilización. La reutilización consiste en dar un nuevo uso a los productos o componentes que ya han cumplido su función inicial, sin modificar sustancialmente su forma o propiedades. De esta manera, se alarga la vida útil de los objetos, se evita su desecho y se ahorran recursos, energía y emisiones.
La reutilización
La reutilización puede aplicarse tanto a nivel empresarial como doméstico. Por ejemplo, las empresas pueden reutilizar sus envases, embalajes o maquinaria; o pueden donar o vender sus excedentes o productos defectuosos a otras entidades que puedan aprovecharlos. Por su parte, las familias pueden reutilizar sus ropas, muebles o electrodomésticos; o pueden intercambiarlos o regalarlos a otras personas que los necesiten.
Existen numerosas iniciativas y plataformas que facilitan la reutilización de los residuos, como mercadillos, tiendas de segunda mano, bancos de tiempo, redes sociales o aplicaciones móviles. Estas opciones no solo benefician al medio ambiente, sino también a la economía y a la sociedad, ya que generan empleo, ahorro, solidaridad y cooperación.
En conclusión, reutilizar es una forma sencilla y eficaz de contribuir a la protección del planeta y al desarrollo sostenible. Por eso, desde Girsa te animamos a que adoptes hábitos de consumo responsable y que des una segunda oportunidad a los productos que ya no usas. Así, entre todos, podremos frenar la cantidad de residuos que producimos y mejorar nuestra calidad de vida.